La CÚPULA judicial DISCRIMINA a las MUJERES

La CÚPULA judicial DISCRIMINA a las MUJERES

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29/9/2015 00:00
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Actualizado: 29/9/2015 00:00
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Más de la mitad de la carrera judicial son mujeres. El 52 por ciento. 2.681 personas de un total de 5.362. Sin embargo, su presencia en los altos órganos gubernativos y jurisdicciones del poder judicial, que son por elección discrecional del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), su presencia es poco menos que anecdótica. La paridad no existe en el «alto mando» de la Justicia española.

MARÍA DOMÍNGUEZ

Ellas no acaban de desembarcar y ellos llevan mucho tiempo ocupando la élite de la judicatura.

“Hay que decirlo con claridad. La cúpula de la justicia es un coto vedado para los hombres”, afirma Gloria Poyatos, juez decana de Lanzarote e impulsora de la sección española de la International Asociation of Women Judges (Asociación Internacional de Juezas) o IAWJ, que próximamente verá la luz en España. 

Las cifras, que tienen su origen en fuentes del poder judicial, hablan por sí mismas de arriba abajo.

En el Tribunal Supremo, de las cinco presidencias de Sala ninguna está ocupada por magistradas. Y de los 85 magistrados que componen el Alto Tribunal –estamos en 2015- 11 son mujeres. O lo que es lo mismo, el 13 por ciento.

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La primera mujer que accedió al Supremo, en el año 2002, fue Milagros Calvo, en la Sala de lo Social. Posteriormente le siguieron Celsa Picó, Margarita Robles, Isabel Perelló, Pilar Teso e Inés Huerta, en la Sala de lo Contencioso-Administrativo, Ana Ferrer, en la Sala de lo Penal, Clara Martínez de Careaga, en la Sala de lo Militar, y María Luisa Segoviano, Rosa María Virolés y Lourdes Arastey en la Sala Cuarta.

En la Audiencia Nacional la presencia de mujeres en los órganos directivos es un páramo. Tanto el presidente, José Ramón Navarro, como los presidentes de las diferentes Salas (Fernando Grande-Marlaska, en Penal, Eduardo Menéndez, en Contencioso-Administrativo, y Ricardo Bodas, en Social) son varones. Por lo tanto, el cero por ciento de mujeres.

Como se sabe, la organización de la justicia española replica la estructura del Estado, con 17 Tribunales Superiores de Justicia (TSJ), que se traducen en 17 presidentes.

En la actualidad, sólo 1 presidencia está ocupada por una mujer: Pilar de la Oliva, en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. Ella representa un exiguo 5,8 por ciento de representación femenina.

Esos 17 TSJ están formados por 528 magistrados. El 35 por ciento de ellos, es decir 185, son mujeres.

Una proporción que se reduce al 19 por ciento al hablar de las 50 presidencias de Audiencias Provinciales, donde sólo 9 tienen mujeres a la cabeza.

En este contexto surge la asociación, que busca el derecho por la igualdad en los órganos de decisión del Poder Judicial.

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La juez decana de Lanzarote, Gloria Poyatos. Youtube.

“El gran problema es que la mujer se presenta menos cuando tiene que competir a puestos de responsabilidad. Y luego le cuesta más forjarse un currículum nutrido, porque a la hora de decidir si va a dar una conferencia o se queda cuidando a su hijo enfermo, prioriza a quedarse a cuidar a su hijo enfermo”, explica Poyatos.

Este dato lo corroboran las estadísticas publicadas en la página web del Consejo General del Poder Judicial en materia de conciliación de la vida laboral y familiar  que señalan que son las féminas en mayoría las que utilizan estos servicios.

Según la candidata a la Presidencia de la IAWJ, la mujer tiene una “gran capacidad para ejercer cargos donde tomemos decisiones que afecten a colectivos humanos”, aunque incide en que  “los dos somos necesarios para tomar las mejores decisiones”.

Para Margarita Robles, magistrada del Tribunal Supremo, esto “es una manifestación del alejamiento de la justica de la ciudadanía”

“Cuando la  mujer entra en la carrera  se ve que la mayor parte de los números uno son mujeres, es decir, que la mujer cuando tiene que hacer un esfuerzo llega”.

Sin embargo, Robles afirma que “en el fondo, desde el poder se teme que a las mujeres porque somos más independientes a la hora de tomar decisiones”.

En opinión de María Tardón,  presidenta de la Sección 27 de la Audiencia Provincial de Madrid, no es que haya una discriminación formal de la ley sino que “es una cuestión con que la mujer en un momento determinado de su vida se tiene que dedicar a cuidar de los hijos, y luego, incluso cuidar de los padres, y eso no les sucede a los chicos, mayoritariamente”.

“Desde la Comisión de Igualdad del Consejo General del Poder Judicial queda muchísimo por hacer.  Habría que reconocer a quienes compatibilizan el trabajo profesional, como juez, con el cuidado de los hijos y de personas dependientes”,  agrega Tardón. “Y me da igual que sea hombre o mujer, porque no puede hacer otra cosa”.

Paradójicamente, el Consejo General del Poder Judicial , el órgano que designa a todos estos puestos discrecionales, es el que más porcentaje de mujeres tiene en su seno: 9 de sus 20 vocales son mujeres.

¿Qué está fallando para que lo que es normal en la carrera judicial, donde las mujeres son mayoría, no se traduzca en mayor presencia en los órganos decisorios de la Justicia española?

No es una cuestión de cuotas. El 65 por ciento de los hombres y mujeres que conforman la carrera judicial están en contra de reservar una cuota de los nombramientos para mujeres.

Pero es una cuestión de justicia. Algo está fallando en la forma de baremar los méritos. Quizá no se debería valorar en exclusiva sólo el curriculum. Ese es el desafío al que, tarde o temprano, tendrá que enfrentarse el Poder Judicial.

PARA SABER MÁS: 

NACE la Sección Española de la ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE JUEZAS

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