ROSARIO PORTO MINTIÓ a la Guardia Civil

ROSARIO PORTO MINTIÓ a la Guardia Civil

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06/10/2015 00:00
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Actualizado: 06/10/2015 00:00
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El primero de los agentes de la Guardia Civil en declarar en la mañana del martes afirmó que Rosario Porto les mintió. La primera versión de la madre de Asunta es que había ido a la casa de Teo sola, pero «analizando imágenes» de las cámaras de establecimientos próximos a la casa en la que vivía, determinaron que ésta había «mentido». Luego Porto cambió su testimonio.

Un segundo agente, el responsable del análisis de las imágenes que captaron las cámaras de seguridad ubicadas en distintos establecimientos, en concreto una en la gasolinera de la rotonda de la Galuresa, niega que Rosario Porto hiciese el trayecto en el que asegura que trasladó de vuelta a su hija Asunta desde la casa de Montouto, en Teo (A Coruña), a Santiago.

Este agente ha mostrado diferentes capturas de imágenes grabadas por cámaras situadas en locales del ensanche compostelano y también de los alrededores de la casa de Teo, en la que los investigadores fijan el crimen de la menor, del que acusan a sus padres adoptivos, Rosario Porto y Alfonso Basterra.

Previamente, un guardia ha explicado la reconstrucción que en su día realizó Porto, acompañada de los agentes, de los recorridos que asegura que hizo aquel día, 21 de septiembre de 2013, cuando afirma que la niña le acompañó a Montouto por la tarde pero una vez llegadas ambas al lugar le pidió volver al piso de Doutor Teixeiro para hacer los deberes.

Del estudio de la Guardia Civil, el fiscal de la causa, Jorge Fernández de Aránguiz, ha constatado que solo quedó constancia del primer y el último trayecto, de ida de la capital gallega al municipio vecino de Teo y de regreso, ya pasadas las 21,00 horas.

«Ella a la vuelta dice que regresa por Galuresa. Tiene que pasar por Galuresa sí o sí, y en ese tiempo no pasa», ha señalado, a preguntas del abogado de Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren.

«Tendría que pasar para dejar a la niña», ha aseverado el guardia civil.

«No hay ningún vehículo que pueda ocultar el Mercedes», ha reiterado este agente de la Benemérita ante la insistencia de las cuestiones del letrado.

Por su parte, la defensa de Basterra, Belén Hospido, ha tratado de desmontar la compatibilidad de que la menor estuviese con su padre a la hora a la que una compañera asegura que la vio con su padre.

Hospido ha querido evidenciar que no hay forma de que su cliente, el padre de la niña, pudiese «eludir» las cámaras de la calle, a lo que el agente le ha espetado que, en su opinión, esto si sería posible.

 

LAS SOSPECHAS SOBRE ROSARIO PORTO COMENZARON DESDE EL PRINCIPIO 

Las sospechas de los agentes de la Benemérita sobre Rosario Porto comenzaron la madrugada del 22 de septiembre de 2013, pocas horas despues de denunciar la desaparición de su hija adoptiva, al llegar a la casa familiar de Montouto, en Teo (A Coruña). 

El primero de los agentes en declarar relató al jurado que nada más llegar, casi al filo de las 6 de la mañana, Porto les dijo que tenía que ir a orinar, al piso de arriba. Algo que «finalmente» no hizo. Al parecer tenía mucho interés en una de las habitaciones donde  había una papelera. 

Según el guardia civil, que fue tras ella «instintivamente», la paró antes de entrar en la habitación, en la que después penetraron juntos. La papelera hacia la que ella mostraba todo su interés contenía una mascarilla, un «amasijo de pañuelos de papel», que a simple vista le pareció que estaba «ligeramente  humedecido», y «una cuerda anaranzjada color brillante, similar, prácticamente idéntica» a la que habia visto hacía dos o tres horas en la pista forestal donde había sido hallado el cadáver de la adolescente. 

Según ha narrado este funcionario, la madre adoptiva de Asunta respondió que la mascarilla la utilizaba para prevenir la «alergia» a los «ácaros» cuando ventilaba la casa, mientras que los papeles los atribuyó al sonado de la niña en verano.

Sin embargo, el agente observó, ha dicho, «un papel impregnado de un fluido» y cuya «apariencia» no era de hacía dos meses, «sino reciente».

«Aparentemente no se ve seco, seco, seco ese papel; se ve ligeramente humedecido», ha señalado a las preguntas del fiscal Jorge Fernández de Aránguiz.

Al respecto de la cuerda, Porto no le ofreció ninguna explicación, sino que «el que contesta», ha apuntado el guardia civil, fue Alfonso Basterra, que dijo que respondían a labores de jardinería en la finca.

Ella, en este punto, se puso «nerviosa» y dio «amplios paseos» por el pasillo de la vivienda.

Sobre este extremo, en el turno del abogado de Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, éste ha tratado de poner de manifiesto dos supuestas contradicciones del agente, al que ha interrogado sobre si «paró» a su defendida al localizar la presencia de esa papelera o si simplemente le dijo que «se parase», y acerca de si le preguntó por la papelera o por el contenido de la misma.

Este guardia civil, primero en declarar esta jornada, analizó el entorno en el que se halló el cuerpo de Asunta e instruyó el atestado.

En el recuerdo de los primeros movimientos el día de los hechos, ha señalado que el juez les pidió colaboración y, en consecuencia, se entrevistaron con los policías nacionales que atendieron a los padres en el momento en que estos denunciaron su desaparición.

Así, en el domicilio de Doutor Teixeiro, en el que Asunta vivía con su madre, un policía le comunicó a este agente que le habían llamado la atención dos cuestiones: que el cadáver de la niña estaba «descalzo» y que había unas «zapatillas blancas» a la entrada de esta casa, así como el episodio de julio en el que un hombre, supuestamente, atacó a la menor en el piso.

«Tomando como referencia el estado de nerviosismo que supuso el hallazgo de la cuerda en Teo y el episodio de los polvos blancos que le había dado su madre -según una profesora- determina que se detenga a Rosario Porto», ha afirmado el agente. La abogada de Basterra, por su parte, ha cuestionado que se realizase una detención «preventiva».

LOS POLVOS BLANCOS

La detención de Porto sucedió, según ha señalado este testigo, después de que profesoras de Asunta, con «cierto sentimiento de culpa», acudiesen a revelar que un día en julio la niña había asistido a clase «muy mareada» y se había quejado de que llevaba «dos días durmiendo» porque «su madre» le estaba dando unos «polvos blancos».

Mientras, la de Alfonso se produjo después de trasladarles el juez los resultados del informe toxicológico del cuerpo de Asunta, que detecta «alta concentración», en niveles «tóxicos», de lorazepam, principio activo del medicamento que estaba tomando Rosario -orfidal-.

Ya que fue localizado también en el «contenido gástrico» del cadáver, debía haberse consumido o en la comida, que hizo con sus padres, o en las horas siguientes. Y, de acuerdo con el relato de Porto y Basterra, ellos fueron «las únicas personas» que estuvieron con ella en esos momentos.

Previamente, preguntado por el letrado de la acusación popular, Ricardo Pérez Lama -de la asociación Clara Campoamor-, el agente ha referido que, por lo que les comunicaron las profesoras, Asunta era «una niña sana».

Lo que les llegó fue «la voz de Asunta» a través de esa profesora, que dijo que ella había alertado de que la madre le daba «unos polvos blancos».

Luego tuvieron conocimiento de las «compras» de orfidal que había hecho Basterra.

Este guardia civil ha sido cuestionado por las distintas partes por el semen que se halló en la camiseta de la niña y por el tique correspondiente a la compra de unos tenis por parte de la testigo que este lunes aseguró haber visto a Basterra con la niña en la tarde de los hechos -él afirma que no salió de su casa-.

En concreto al respecto del primero, Aranguren ha sido advertido por el presidente del tribunal, Jorge Cid, al aludir en repetidas ocasiones -como en sesiones anteriores- al «hombre del semen».

«Me parece poco respetuoso», le ha avisado.

Por su parte, la abogada de Basterra, Belén Hospido, ha querido conocer las gestiones de los investigadores en relación con quién pudo dejar el cadáver en la pista forestal de Teo, así como sus indagaciones acerca de un posible movimiento en la colocación del cuerpo de la niña.

«¿No le pareció importante examinar ese vehículo -el de los hombres que dieron con Asunta- con detenimiento?», le ha inquirido, además de reseñar al vecino que asegura que en su último paseo por la pista no vio el cadáver.

«Mis compañeros me relatan que el cuerpo de la víctima sin luz no se ve», ha apuntado el agente, que, anteriormente, dijo que quienes localizaron el cuerpo iban en un turismo con «luces potentes» y un alumbrado «eficaz».

EL TESTIMONIO DE LA MADRINA

Por la tarde tuvo lugar la esperada declaración de la madrina de Asunta, María Isabel Véliz. La mujer afirmó al jurado que la pequeña «era una niña feliz» y que nunca le dijo que tuviera miedo de sus padres. Su relación era muy buena, hasta donde ella podía saber. 

La mitad del mes de agosto de 2013 Asunta lo pasó con su madrina en Vilanva de Arousa. Fue «el verano de su vida». Su padre fue una vez a visitarla. 

En torno al 23 de agosto, Alfonso Basterra y Rosario Porto se trasladaron a Vilanova para pasar esos días finales con Asunta. El 27 la madrina dejó la residencia de la playa y se despidió de los Basterra-Porto y de la niña. «Allí estaban los tres, en amor y compañía2. 

María Isabel Véliz recalcó que Asunta tenía una «salud magnífica», a pesar de que sufría de alergia, si bien ella no tuvo que administrarle medicación alguna. 
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