La PRUEBA DE INDICIOS será CLAVE en el juicio contra ROSARIO PORTO Y ALFONSO BASTERRA

La PRUEBA DE INDICIOS será CLAVE en el juicio contra ROSARIO PORTO Y ALFONSO BASTERRA

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28/9/2015 00:00
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Actualizado: 28/9/2015 00:00
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No hubo ningún testigo directo del asesinato de la niña, Asunta Basterra Porto, de casi 13 años. Nadie que viera cómo le administraron un medicamento para vencer su resistencia. Ni cómo la ataron de pies y manos y, mucho menos, de cómo la taparon la boca y la nariz para matarla por asfixia. Por eso, la prueba de indicios será la clave en el juicio contra los padres acusados.

Y sobre esa prueba de indicios va a moverse el juicio del tribunal del jurado que comienza el martes, 29 de septiembre, en la Audiencia Provincial de Santiago de Compostela. 

La prueba indiciaria está plenamente reconocida por nuestro Tribunal Constitucional. Se caracteriza porque es indirecta y circunstancial. Consiste en demostrar la veracidad de una serie de hechos (indicios), que han sido plenamente probados, de los que se puede deducir el delito y la participación de los acusados en el mismo. Una conclusión a la que tiene que llegar el tribunal del caso tras una valoración lógica y racional de todos y cada uno de esos indicios.  

«Más del 90 por ciento de los juicios penales basan sus condenas en pruebas indiciarias», explica José María Garzón, abogado penalista y criminólogo. «El asesino de la baraja fue condenado con pruebas indiciarias, lo mismo que el asesino de Sonia Carabantes, Tony Alexander King, o José Bretón, por poner tres ejemplos que todos conocemos. La prueba indiciaria es muy común en los tribunales españoles». 

Ese es el camino que deberá recorrer el tribunal del jurado, presidido por el magistrado Jorge Cid Carballo, que juzgará a Rosario Porto y Alfonso Basterra, los cuales han sido acusados del asesinato de su hija adoptiva, Asunta Basterra Porto, el 21 de septiembre de 2014, para llegar a un veredicto de culpabilidad. 

Porque nadie vio a ninguno de los dos padres matar a su hija. 

Así, Cid Carballo ha definido muy bien las cinco fases que deberán recorrer a lo largo del juicio para llegar al veredicto. Cinco fases que definen la prueba indiciaria en este caso.

EL PRINCIPIO DE TODO

La primera fase, a dilucidar por los 11 miembros del tribunal del jurado -9 titulares y 2 suplentes- es determinar si los padres almorzaron con su hija el 21 de septiembre de 2013 en el domicilio de Alfonso Basterra, y si se pusieron de acuerdo para matar a la niña. Asimismo, tendrán que convencerse de que hicieron uso de un fármaco, el lorazepam, para vencer cualquier tipo de resistencia que pudiera presentar Asunta.

Algunas de las pruebas indiciarias existentes proceden del Instituto de Medicina Forense de Galicia (IMELGA), que llevó a cabo la autópsia al cadáver, y que determinó que la niña había estado siendo intoxicada con lorazepam durante, al menos, tres meses.

Los testimonios de las personas que rodearon a Asunta en ese verano y su relación con sus padres tendrán su peso para explicar la conducta de la niña. 

La segunda fase a cubrir será establecer si ese 21 de septiembre Rosario Porto se llevó a Asunta, después de las 18.00 horas a la casa que tienen en A Poboa, en el concejo de Teo, en su Mercedes Benz. 

Como es natural, corresponderá al Ministerio Fiscal y a la acusación popular, de la Asociación Concepción Arenal -el primero pide 18 años de cárcel para cada uno por asesinato y la segunda 20 años-, demostrar todos y cada uno de los indicios. Que casen bien, como en un puzzle perfecto. 

Las acusaciones cuentan, en este caso, con un indicio irrefutable: la grabación de una cámara de la gasolinera La Galuresa, a las 18.15, cuando pasó el Mercedes con Rosario Porto a los mandos y la niña sentada en el coche del copiloto. 

Además, tienen también con el informe que el Grupo de Apoyo Técnico Operativo de la Guardia Civil entregó al juez Vázquez Taín sobre el posicionamiento del teléfono de Rosario Porto. A las 19.29, su móvil realizó una conexión de datos en las proximidades de la finca de Teo.

Son dos indicios técnicos irrefutables. 

Tanto el fiscal como la acusación popular parten desde una base sólida: el auto de apertura de juicio oral redactado por el juez de instrucción, José Antonio Vázquez Taín. 

¿FUE ASESINADA POR SUS PADRES?

Este será el meollo de la cuestión para el jurado. Determinar si Rosario Porto y Alfonso Basterra «por medio de la compresión que le aplicaron a la boca y la nariz» le quitaron la vida. Y si después ataron las extremedidades de la menor, con unas cuerdas plásticas de color naranja, para poderla tasladar al coche con mayor facilidad.

El juez Vázquez Taín no descarta la posibilidad de que Basterra fuera en la parte posterior del coche. «Los indicios apuntan a la presencia de dos personas en el lugar del crimen», que se presume que fue la casa de Teo.

«El examen de la Policía Científica, realizado por dos agentes que recorrieron toda la casa de rodillas, no detectó que la menor fuese arrastrada, luego alguien debió ayudar a Rosario a mover el cadáver», dice el auto del juez de instrucción.

«El indicio cuerda. Los tres trozos hallados junto al cadáver y presuntamente utilizados para atarla en vida, coinciden en composición química y tintado con el trozo hallado en la papelera, y con la bobina hallada en la despensa de Teo. Tal coincidencia es indicativa de que se trata de la misma cuerda, pues no concurre con los restantes trozos de cuerda encontrados en otros lugares», se puede seguir leyendo. 

EL TRASLADO DEL CADÁVER 

«¿Trasladaron los acusados el cuerpo de la menor a la cuneta de una pista forestal del lugar de Feros (Concello de Teo) que dista de la casa de A Poboa unos 4 kms». 

De acuerdo con el auto de Vázquez Taín, «El análisis del vehículo Mercedes conducido por Rosario el día de los hechos ha permitido encontrar los siguientes indicios: Que a dicho vehículo le faltan las dos alfombrillas de atrás. Que en el espacio del medio de la moqueta apareció vómito de Asunta. Tales indicios serían indicativos de que el cadáver se  tasladó en el suelo de la parte de atrás del vehículo, haciéndose desparecer las alfombrillas por estar manchadas de vómito y orina de Asunta. Manchas lógicas debidas a la relajación de los esfínteres». 

¿POR QUÉ?

Esta es la pregunta del millón que tendrán que responderse los jurados populares. ¿Fue Alfonso Basterra el urdidor del crimen o nació de la mente de Rosario Porto, a quien su hija le estorbaba? Los dos padres se habían desentendido de la niña, según pudo constatar el juez Vázquez Taín. Y se deshicieron de ella. O no. A una de las dos conclusiones debe llegar el jurado popular que el martes salga elegido. 

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