ASUNTA ingirió 27 pastillas de ORFIDAL el DÍA DE SU MUERTE

ASUNTA ingirió 27 pastillas de ORFIDAL el DÍA DE SU MUERTE

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14/10/2015 00:00
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Actualizado: 14/10/2015 00:00
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Asunta Basterra, la niña que fue hallada muerta el 21 de septiembre de 2013 en una pista forestal de Teo (A Coruña), ingirió al menos 27 pastillas de ‘orfidal’ de un miligramo el día de su muerte, por lo que las expertas en toxicología aseguran que la niña habría fallecido sin necesidad de que la asfixiaran.

Así lo determina el cálculo que han realizado dos expertas del instituto de ciencias forenses de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Ana María Bermejo y María Jesús Tabernero, que realizaron los análisis toxicológicos de los restos estomacales, orina y sangre del cadáver de la niña.

Las expertas han confirmado que la niña hubiese fallecido sin necesidad de que la asfixiaran debido al alto índice de Orfidal que tenía en el cuerpo.

Sobre si esta cantidad fue suministrada de golpe o en varias dosis, a las preguntas del fiscal, las especialistas han dicho que «desde el punto de vista toxicológico no se puede saber».

Las expertas no han podrido confirmar la hora exacta de la ingesta del medicamento, pero sí han apuntado que «pudo ser» durante la comida, hecho que condiciona, debido a la digestión, que el efecto no sea tan rápido.

EL CADÁVER FUE COLOCADO «DE UNA FORMA MÁS O MENOS RÁPIDA»

Por otra parte, la forense del Imelga que participó, junto a otra compañera, en el levantamiento del cadáver de Asunta Basterra, el 21 de septiembre de 2013 en una pista forestal de Teo (A Coruña), ha señalado que su «impresión» es que la niña fue «colocada» allí «de una forma más o menos rápida».

Sobre si apreciaron signos de violencia, ha apuntado a las «lesiones leves» que atribuyó al «arrastre» del cuerpo -dos lesiones en la región dorso lumbar izquierda y otra en la región lumbar, por debajo; y una en el tercio distal de la cara anterior de la pierna derech–, además del «moco sanguinolento que salía por las fosas nasales».

A cuestiones del fiscal acerca de si sopesaron que hubiera sido atropellada, ha indicado que sí, pero que «duró muy poco tiempo».

«La razón fue que con anterioridad estuvo allí el equipo el 112 y el médico, como la niña tenía la pierna ligeramente rotada hacia fuera, podría aparentar una rotura de cadera. Esa posibilidad la dejó ahí pero casi con seguridad comentó que podía no tenerla», ha explicado.

Así, ha recordado que «en aquel momento se trataba de una niña que había desaparecido, que aparece en el monte, que sus padres denuncian su desaparición», por lo que se ha preguntado: «¿un atropello?», para responderse a sí misma que «no», que «en seguida» se descartó y se sopesó entonces «una agresión sexual».

«Tratándose de una mujer, niña, adolescente, que desaparece de su casa, que sus padres supuestamente la dejan en casa y que aparece en el monte… Pensamos que alguien la pudo haber raptado, alguien que la mató y que la dejó allí. Era la hipótesis que tenía más fuerza», ha relatado.

Con todo, a continuación ha destacado que, como la ropa interior estaba «bien colocada», algo no habitual en agresiones sexuales, y debido a que no vieron «nada que indicara que hubiera sido agredida», también se vino abajo esta hipótesis. EP.

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