Los nuevos sistemas de pago y la tecnología «contactless»

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07/4/2015 00:00
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Actualizado: 01/7/2022 08:38
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Javier Puyol, abogado y socio de Ecix Group

Tal como señala el Banco de España, una de las funciones que debe cumplir un bien para ser considerado dinero es “ser medio de pago”, es decir, que sea universalmente aceptado por todos los individuos que formen parte de la zona monetaria, facilitando así los intercambios.

En este sentido, los medios de pago de una economía son todos los activos que se consideran dinero, y por ello, debe considerarse que el dinero no son solo billetes y monedas en circulación, sino que en su definición se incluyen otros activos que cumplen también dicha función.

Así, se enmarcan los llamados “instrumentos de pago”, que son los dispositivos (como las tarjetas electrónicas), o los documentos (como los talones, cheques o las letras de cambio) que permiten pagar, sin necesidad de utilizar el dinero físico.

Gracias a ellos se evita el uso masivo de billetes y monedas y se posibilita una mayor eficiencia en las operaciones de pago.

En este contexto se pueden definir los canales de pago como el conjunto de medios, procedimientos o relaciones mediante los cuales se realiza un pago.

Así, uno de los cambios importantes que se ha producido, ha sido en los canales de pago.

De hecho, a medida que la tecnología ha evolucionado se han desarrollado canales alternativos a la presencia física de ambas partes de una transacción.

Cada vez que se efectúa una compra por Internet o se descarga un tono en el móvil se está ordenando un pago utilizando un canal diferente.

Esto, que parece tan sencillo y rápido, tiene una complicada estructura subyacente que se ha desarrollado al mismo ritmo que lo ha hecho el comercio.

El sector de los medios de pago evoluciona a un ritmo difícil de seguir, ya que según indica en su Informe Anual Tecnocom,  incluso para quienes trabajan en la industria de los servicios financieros.

Como en muchos otros sectores de actividad, los implicados en el mismo han debido asimilar la irrupción de nuevos entrantes con tecnologías disruptivas, y responder a las amenazas a base de innovación y ajuste de su propuesta de valor.

Resulta apasionante asistir de cerca a la creación de un ecosistema cada vez más complejo en el que los ciudadanos son los primeros, si bien no los únicos, beneficiados.

En dicho Informe se afirma además que  las autoridades en general mantienen un firme compromiso con la promoción del desarrollo de los medios de pago electrónico de forma segura e incluyente, motivo por el cual se vienen produciendo innovaciones también en el ámbito regulatorio que permiten atender más y mejor las necesidades de la población –ya sean nuevas necesidades de población ya usuaria, o necesidades existentes de población desatendida– aprovechando los beneficios derivados de los continuos avances tecnológicos a los que la regulación procura acompañar.

Es el caso de Europa, que en el transcurso de los próximos dos años se experimentará un crecimiento de las cuentas de ahorro básicas –concepto ya extendido en Brasil, Colombia, México y Perú– motivado por la nueva normativa del Parlamento Europeo que obligará a las entidades financieras a ofrecerlas a todos los residentes de forma gratuita o a un coste razonable.

En este contexto europeo, destacamos que España ha sido pionera en la trasposición a la normativa nacional (Real Decreto Ley 8/2014, de 4 de julio, que establece los límites a las tasas de intercambio en operaciones de pago con tarjeta) de la Directiva europea de servicios de pago (PSD2) aprobada en 2013.

En este escenario aparecen los denominados sistema de pago sin contacto, que es aquel que permite pagar una compra mediante tecnologías de identificación por radiofrecuencia incorporadas en tarjetas de crédito o débitollaverostarjetas inteligentesteléfonos móviles u otros dispositivos.

El chip y la antena incorporados permiten a los consumidores pagar una transacción acercando el dispositivo a un lector del terminal punto de venta, de tal forma que no es necesario leer el dispositivo de forma física a través de una ranura de lectura.

Los nuevos sistemas de pago tipo “contactless”, tal como recoge Wikipedia, permiten realizar compras tan solo acercando la tarjeta al terminal punto de venta de los comercios (TPV/datáfonos).

Gracias al nuevo sistema de pago, los consumidores ahorran tiempo, ya que acercar la tarjeta al datáfono es mucho más fácil y ágil que el pago convencional.

La tecnología necesaria para poder operar “contactless” es el NFC y requiere tarjetas contactless, datáfonos “contactless” y cajeros “contactless”.

Bajo el paraguas de los pagos sin contacto, la EMV (Europay Mastercard Visa) ha autorizado como tecnologías mayoritarias la identificación por radiofrecuencia —habitualmente anunciado como “contactless” en tarjetas y datáfonos— y la tecnología NFC.

Dentro de dicho estándar, y con el objetivo de favorecer su uso, se han definido tasas de intercambio específicas para estos medios de pago y se ha eliminado la obligatoriedad de validar el código PIN en pagos cuyo importe sea inferior a la cantidad de 20 €. 

Hoy se afirma que la tecnología “contactless” está considerada como el método de pago con tarjeta más rápido que existe en la actualidad, lo que la convierte en una eficaz alternativa al dinero en efectivo.

La facilidad en el pago choca con que este sistema requiere algunas especificaciones técnicas que limitan el acceso y solo está disponible en algunos bancos.

Si ya estaban desarrolladas en la mayoría de entidades bancarias las aplicaciones móviles para consultar operaciones y realizar transferencias, la tecnología Near Field Communication (NFC) o “contactless” permite realizar pagos sin contacto.

Es decir, que ya se puede pagar solamente acercando la tarjeta o el móvil al datáfono.

Actualmente se está utilizando en tarjetas de plástico, móviles y cajeros, en los que no es necesario introducir la tarjeta en la máquina, sino simplemente acercarla al lector y marcar el número secreto.

Algunos proveedores de estos nuevos sistemas “contactless” han afirmado que las transacciones pueden ser casi dos veces más rápido que una caja convencional, el crédito, tarjeta de débito o de compra.

Además, ciertas investigaciones han  indicado que los consumidores tienden a gastar más dinero debido a la facilidad de las pequeñas transacciones.

Por ejemplo, MasterCard Canadá afirma que ha registrado «un 25 por ciento» de aumento del gasto por los usuarios de su marca PayPass tarjetas de crédito con identificación por radiofrecuencia.

Así puede indicarse que estos medios electrónicos de transacción son más rápidos, cómodos y seguros, ya que los titulares sólo tienen que acercar su tarjeta Visa a un terminal lector y una diminuta antena dentro de la tarjeta se comunica con el terminal.

Medio segundo después se ha completado la venta.

Por ello constituye una realidad que este nuevo medio de pago agiliza el servicio, es sencillo para sus empleados y ayuda a reducir los costes del manejo de efectivo.

Con relación a la rapidez del servicio hay que señalar que dado que los pagos se realizan en menos de un segundo, lo que permite de manera real atender más rápido a los clientes, reducir las colas, y disminuir el número de ventas perdidas; y ello sin olvidar que con un solo “biiip” la compra quedará realizada, y que se podrá realizar el pago sin necesidad de tener que sacar la tarjeta de la cartera.

Todo ello conlleva el olvido del dinero efectivo, y de tiempos de espera innecesarios.

Este nuevo sistema de pago es sencillo, como se ha afirmado también para los propios empleados de cualquier actividad negocial, ya que elimina la necesidad de comprobar la autenticidad de las firmas de los clientes,  y reduce, asimismo,  la necesidad de solicitar la introducción del PIN, haciendo el pago más rápido para sus clientes y más sencilla su operativa, en definitiva, para sus empleados.

Ello conduce a que existan importantes ventajas competitivas, ya que estos nuevos sistemas proporcionan una ventaja potencial sobre otros comercios de su entorno que no lo utilicen, siendo una gran oportunidad para fidelizar a los clientes, por las ventajas que este sistema conlleva.

Debe resaltarse la importancia que tiene la reducción efectiva del efectivo, ya que con independencia que supone para el cliente no tener que llevar dinero en el bolsillo lo que supone una adaptación a las necesidades reales de los mismos, no hay que olvidar  que siempre contar y transportar de forma segura monedas y billetes puede resultar caro, por ello estos nuevos instrumentos de pago suponen una ayuda muy valiosa para  romper la indicada dependencia del dinero en efectivo.

La Compañía Visa prevé que, en 2020, la mitad de los pagos que se realicen a través de su red en Europa se harán mediante dispositivos móviles, cuya tecnología está ya está presente,  en 3,3 millones de tarjetas de crédito en España, una cifra que se espera que aumente hasta 5,5 millones a finales de este año.

Se puede afirmar que la tecnología sin contacto convive desde hace años con nosotros. Está en esas tarjetas de transporte o de acceso a edificios que funcionan con simplemente acercarlas a un lector.

Y puede estar también, quizá sin que su titular lo sepa, en la tarjeta de crédito. Si ésta luce un distintivo conformado por cuatro ondas, entonces se pueden realizar pagos “contactless”.

En este orden de cosas, y según los datos publicados por Visa Europe, España fue, a finales de septiembre, el tercer país europeo por volumen de gasto acumulado, con 417 millones de euros.

Solo superado por Polonia (752 millones de euros), un país que ha saltado al pago electrónico casi sin pasar por las tarjetas corrientes; y Reino Unido (619 millones de euros). Hasta septiembre, el gasto acumulado con estas tarjetas en toda Europa fue de 875 millones.

Los datos facilitados por Visa Europa indican que  los pagos realizados con tecnología contactless Visa Pay Wave sumaron en el primer trimestre de 2013 apenas 29,4 millones de euros (un 37% más que en el último período de 2012).

En toda Europa, el importe agregado de este tipo de transacciones llegó a 1.000 millones de euros en el primer cuarto de este año (crecimiento del 46% intertrimestral).

Como se puede observar, su uso es todavía muy incipiente. En España se espera que el número de tarjetas contactless de Visa alcance los 5,5 millones a finales de este año (MasterCard tiene su propia tecnología de pago sin contacto, y estima que cerca del 20% de su parque total en España equipa ya esta tecnología), sobre un parque total de tarjetas cercano a los 70 millones de unidades.

Sólo en el primer trimestre de 2013 se emitieron en nuestro país 805.000 tarjetas de este tipo.

Sin embargo, para poder realizar pagos sin contacto es necesario contar con un terminal que acepte esta tecnología.

A finales de marzo había 183.000 dispositivos adaptados en España, y la cifra esperada para finales de año es de 270.000 TPV.

Así, los datos también son positivos desde el otro lado del vaso comunicante: no solo hay más tarjetas “contactless”, sino también más terminales que aceptan este tipo de pagos.

España se situó como el primer país en número de terminales adaptados, con 301.005, un 18% más que en el trimestre anterior.

Según Visa, esto demuestra la clara apuesta de las entidades financieras, a las que les permite entrar en el mercado de los pagos de bajo importe, y de los comercios, que pueden incrementar sus volúmenes de ventas.

Tal como señala Álvaro Martín Enríquez en los últimos meses se está produciendo en España una progresiva sustitución del parque de tarjetas por esta nueva variedad. Es el segundo cambio relevante que se produce en pocos años (después de la inserción del chip EMV), tras décadas de dominio de la banda magnética.

La cuestión es, ¿qué relevancia tiene para el consumidor este cambio?

La tecnología de pago sin contacto (contactless) hace uso de una pequeña antena insertada en algún objeto (puede ser una tarjeta, pero podría ser un llavero o una pegatina, por citar dos ejemplos) para comunicar la información relativa al pago de manera más cómoda que las alternativas existentes hasta la fecha. Puede parecer un cambio trivial, pero lo cierto es que los pilotos realizados por la industria de medios de pago apuntan a crecimientos significativos de los pagos con esta nueva tarjeta en comercios.

El tiempo medio empleado para cada operación es sensiblemente inferior (un 50%, según La Caixa), entre otras cosas porque las transacciones por debajo de 20 euros no requieren firma ni inserción de PIN, lo que hace mucho más atractivo el uso de la tarjeta para realizar micro pagos.

Según un artículo publicado por Mobile Marketing Watch este sistema ha llegado para quedarse y las cajas registradoras van a sufrir la misma suerte que las máquinas de escribir, ser condenadas al olvido.

“Así como el video mató a la estrella de la radio, entonces puede que sea la hora en que la tableta mate a la caja registradora”, señala James Wester de Fast Casual, una cadena de restaurantes innovadores consultada por Mobile Marketing Watch.

Un factor determinante de esta nueva operativa es la referida a la seguridad.

Es, precisamente, esa sencillez e instantaneidad la que hace que algunos desconfíen de la seguridad de estos medios de pago, cuestión que sin lugar a dudas preocupa tanto a los clientes como a todos los operadores económicos intervinientes en el sistema.

Por ello, puede afirmarse que este nuevo instrumento de pago desde el punto de vista jurídico y técnico presenta las mismas garantías de seguridad y de protección que las tarjetas de crédito o débito convencionales.

Por ello, la seguridad del pago sin contacto es uno de los puntos fuertes esgrimidos por sus defensores, aunque algunas voces alertan ya de posibles usos fraudulentos.

Lo cierto es que en España el fraude cometido con tarjeta se redujo en 2012 hasta los 96,2 millones de euros (un 9,8% menos que en 2011 y un 45% menos que en 2006), lo que demuestra que las nuevas tecnologías como EMV son más seguras que sus predecesoras.

El pago sin contacto debería ser capaz de mantener esa tendencia, especialmente dado su papel de precursor de la que será la gran apuesta del sector de medios de pago a futuro: los pagos móviles con tecnología NFC. En efecto, el despliegue de la infraestructura de pago sin contacto, más allá de las ventajas inmediatas ya mencionadas, es el primer paso para que pronto podamos pagar desde una aplicación en nuestro teléfono móvil, sin necesidad de llevar tarjetas encima. Pero para que esto suceda, todavía quedan un par de años.

Tal como señala El Diario.es, cada vez son más las entidades bancarias están recurriendo a la tecnología “contactless” para simplificar los medios de pago.

Primero fueron las tarjetas físicas sin contacto, donde bastaba con situarla sobre el TPV (el datáfono), sin necesidad de introducirla ni de pasar la banda por el lector.

La operativa consiste en acercar las tarjetas al lector identificado con las ondas concéntricas, ya que el cajero reconoce automáticamente el dispositivo y solicita el código PIN.

En ese momento se puede apartar la tarjeta, introducir el número personal y teclear la cantidad de dinero que se desea retirar.

En el caso de que los cajeros no sean “contactless”, las tarjetas funcionan como siempre, introduciéndolas en su ranura específica.

En el caso de las aplicaciones para el uso de los dispositivos móviles, cada banco ha desarrollado un procedimiento diferente, siendo de esperar que dichas aplicaciones se correspondan a estándares comunes en cuanto la técnica se encuentre más desarrollada. 

Desde un punto de vista estrictamente jurídico, constituye una práctica habitual que las entidades bancarias garanticen una cobertura que proteja a todos los usuarios.

Ello no puede ser diferente en la tecnología “contacless” aplicadas a los meritados dispositivos móviles, de manera similar a la actualmente existente para todas las tarjetas bancarias, ante posibles usos fraudulentos de sus medios electrónicos de pago, contando con sistemas de seguridad adicionales, que protejan de manera efectiva a la realización de toda clase de transacciones utilizando esta nueva tecnología, tal y como en la actualidad pueden ser las ya conocidas alertas al móvil.

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