ORIOL RUSCA: «En el problema de los refugiados EUROPA NO HA SABIDO ESTAR A LA ALTURA DE LAS CIRCUNSTANCIAS»

ORIOL RUSCA: «En el problema de los refugiados EUROPA NO HA SABIDO ESTAR A LA ALTURA DE LAS CIRCUNSTANCIAS»

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21/9/2015 00:00
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Actualizado: 21/9/2015 00:00
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En el tema de los refugiados Europa no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. Así de tajante se muestra Oriol Rusca, el decano del Colegio de Abogados de Barcelona, quien sostiene que todos deberíamos entender que los derechos de las personas deben estar por encima de las leyes y de todos los reglamentos jurídicos.

TEXTO E IMAGEN: YOLANDA RODRÍGUEZ Y CARLOS BERBELL

Nos reunimos con Oriol Rusca en la sede del Consejo General de la Abogacía Española, en pleno centro de Madrid, una institución de la que es vicepresidente. Y en la que ha pasado muchas horas estas últimas semanas para explicar a los abogados y a los medios de comunicación las iniciativas que se están llevando a cabo desde la abogacía para ayudar a los refugiados.

Este es un problema que le preocupa de forma especial en su calidad de Coordinador Nacional de la Abogacía en esta materia.

Además, este abogado catalán, que lleva más de 30 años ejerciendo como penalista, es un férreo defensor de los derechos humanos y de las personas.

Por ello, no entiende que desde la Unión Europea se dilaten los tiempos de repuesta ante lo que él define como «un problema político».

Un problema que afecta a familias enteras que huyen de una muerte casi segura.

«EUROPA NO HA ESTADO Y NO ESTÁ A LA ALTURA DE LAS CIRCUNSTANCIAS EN EL TEMA DE LOS REFUGIADOS»

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¿Cree que la Unión Europea ha perdido una oportunidad de oro para afrontar el problema de los refugiados?

Se ha perdido una gran oportunidad, al menos de ser un poco humanos. Europa no ha estado y no está a la altura de las circunstancias en el tema de los refugiados.

Tendría que haber dado una respuesta inmediata a este problema. No existe nada que justifique no abrir las puertas a gente que está siendo perseguida y en peligro de muerte.

Estamos hablando de personas. No podemos decirles que no les dejamos entrar en nuestra casa. Es gente que está absolutamente desarmada. Hablamos de familias enteras que están huyendo de una guerra, de una muerte casi segura. Esto no es una cuestión banal, es una cuestión transcendente.

No entiendo que en este asunto, —donde estamos hablando de personas—, se pueda actuar de forma más lenta, menos sensible, que cuando se aborda un tema presupuestario, económico, etc… Éste es un problema político, no económico.

Europa dispone de más de tres billones de euros destinados al tema de los refugiados, con lo cual, es solo cuestión de una decisión política. Hay que tener la voluntad de facilitar el asilo a gente que lo necesita.

A ningún político europeo, ni a ninguna persona  nos gustaría vernos en la situación que viven los refugiados.

La Unión Europa está perdiendo de vista lo más importante: las personas. Se está olvidando de las personas y la dignidad humana. Si lo perdemos de vista nos podemos equivocar. Los derechos de las personas deben estar por encima de las leyes y de todos los reglamentos jurídicos.

Usted comentaba que posiblemente no haya habido una vulneración del derecho, pero sí una dejación por parte de la Unión Europea para abordar el tema de los refugiados, ¿a qué se refería exactamente?

Yo no sé si Europa puede haber cometido un delito internacional, que creo que no ha hecho, pero sí existe una cierta responsabilidad internacional  respecto a todas estas imágenes que estamos viendo.

Cuando hay un problema humanitario de esta magnitud y de este calado, no se puede esgrimir la ley en contra de los principios humanísticos más elementales y de la dignidad de las personas.

Esto no es admisible en la Europa de los valores. La Europa que tiene sentido es una Europa de personas. Una Europa política, una Europa donde todos podemos convivir. No solo una Europa financiera y especulativa.

«A NINGÚN POLÍTICO EUROPEO, NI A NINGUNA PERSONA NOS GUSTARÍA VERNOS EN LA SITUACIÓN QUE VIVEN LOS REFUGIADOS»

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¿Qué opina de las medidas que están tomando algunos estados como Hungría, Croacia?

Puedo llegar a entender que un Estado adopte una serie de medidas de protección, etc…, pero algunas son inhumanas.

Es vergonzoso el trato que Hungría está dando a sus refugiados, no solo engañándoles, llevándoles con un tren a un sitio que no es su destino, tirándoles los panes como aquel que da de comer a las gallinas. Como en la granja. ¡Es indignante!

La Unión Europea, -algunos de Estados de la Unión para ser más exactos-, se refugian en la frase: «Bueno, es que mis leyes dicen, es que mi leyes hacen.»

No tenemos que olvidar  —y yo esto lo tengo muy claro— que las leyes están al servicio de las personas y no las personas al servicio de las leyes.

Esto nunca había sido y nunca había entrado dentro de la escala de valores de Europa. Desgraciadamente, parece que estos aires neoliberales que estamos viviendo,no solo afectan a las profesiones sino que también afectan a la sociedad.

«NO PUEDES DEJAR A ESAS PERSONAS FUERA MIENTRAS SE ESTÁN TOMANDO DECISIONES»

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El presidente Mariano Rajoy aseguraba que Europa debería lograr acuerdo genérico sobre las reglas de asilo sobre todo este tipo de personas y que toda Europa debía asumirlo. ¿Algo complicado cuando no consiguen ni un acuerdo de mínimos para acoger a 120.000 personas?

Evidentemente, esto es absolutamente indignante y más, cuando es a toro pasado.

No es concebible que el Parlamento Europeo, o la Comisión Europea, se pueda reunir y tomar decisiones en dos días o tres días para solventar un problema económico como el de Grecia. Y, sin embargo, cuando estamos hablando de la vida de personas estén de vacaciones. ¡Esto es inadmisible!

A mi entender, tampoco tiene ningún sentido que todas estas decisiones se tengan que tomar mientras la gente sigue en las calles, en las fronteras.

A los refugiados hay que dejarlos entrar, darles cobertura y, después, reunirse cuanto sea necesario. No puedes dejar a esas personas fuera mientras se están tomando decisiones.

Europa ha tenido muchos problemas de temas de asilo. No solo de inmigración económica, que esto ya es conocido, como el tema de Lampedusa, Ceuta, Melilla. Es terrible y aquí no se está moviendo nadie.

Europa también ha tenido todo el problema de la inmigración que ha venido de los países sudamericanos, como consecuencia de las dictaduras que estaban sufriendo, y vino gente pidiendo asilo que más o menos se le dio cobertura.

En Barcelona uno de los problemas más importantes de temas de asilo ha sido el tema de los ucranianos, por la guerra de Crimea. Y les hemos dado cobertura.

Pero es que ahora estamos hablando de una guerra donde Europa es también responsable.

Lo que no puedes hacer es tirar la piedra y esconder la mano. Hay que ser responsable de nuestros actos.

Hablamos de personas que están pasando necesidades. Es necesario tratar a los demás como te gustaría que te trataran, creo que esto es una regla de ‘a’, ‘b’ y ‘c’.

Cualquier ciudadano europeo y cualquier ministro o presidente europeo, exigiría ser tratado bien. Entonces, ¿por qué no lo hacemos con los demás?

Yo pertenezco a un colectivo donde hay una serie de valores fundamentales. Valores de respeto hacia la dignidad humana. Valores que vienen de la tradición judeo-cristiana, que ha dominado siempre en nuestro continente.

Esta es la Europa que queremos los ciudadanos.

«CREO QUE LA CANCILLER ALEMANA ÁNGELA MERKEL HA DADO UNA LECCIÓN»

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¿Piensa que los políticos europeos no han estado a la altura de las circunstancias?

Que nuestros políticos, por unas cuestiones puramente  económicas, puramente egoístas y, puramente de partido seguramente, y no de sentido de ciudadanía, tomen otro tipo de decisiones, alejadas, que hacen que la distancia entre los políticos y la ciudadanía sea enorme es un hecho.

Tú vas a treinta mil ciudades y verás que toda la población se está volcando y hay gente que está diciendo que los acogería en su casa.

En cambio, te encuentras que el político dice, ‘no los dejamos entrar’. Y, además, ponemos alambre de espino para que no entren.

Creo que la canciller alemana Ángela Merkel ha dado una lección. Ella ha propuesto ampliar la cifra de refugiados hasta 160.000. Y los alemanes serán los que acojan a más refugiados.

Probablemente Merkel ha hecho estas afirmaciones porque ha captado lo que pedía la gente. Su pueblo, para quién gobierna.

Los políticos se olvidan que gobiernan para la gente.

En cambio, otros países carecen de esa sensibilidad.

¡Es terrible!

¿Cree que el problema de los refugiados ha podido abrir más la brecha entre los políticos y la ciudadanía?

La ha abierto del todo. En este tema de los refugiados la ciudadanía está haciendo lo que realmente tendrían que hacer políticos.

La ciudadanía, las asociaciones, las ONGs, los colegios, profesores…, estamos haciendo y tomando la iniciativa por delante de los propios gobiernos, cuando son los gobiernos los que tendrían que liderarnos a nosotros. Ellos no es que vayan a remolque, es que están poniendo freno a las iniciativas que estamos desarrollando. Esto es indignante. 

Creo que habrá un momento en el que tendrán que recapacitar y darse cuenta de que si no se gobierna para el ciudadano, no tiene sentido gobernar.

Lo único importante son las personas y no hay nada más importante.

Hablando de iniciativas, desde el Consejo General de la Abogacía han creado un registro para que los abogados que así lo quieran, puedan inscribirse y prestar ayuda a los efigiados.

Sí. Para este tema de refugiados y asilo me han nombrado coordinador general de toda España.

La idea es intentar ofrecer todo lo que podamos: asistencia jurídica, colaboración y coordinación con instituciones del Estado, de Europa, con ONGs, con quien haga falta para intentar solventar al máximo este problema.

Son aceptables todas las iniciativas que tenemos, las que puedan venir y las que nos podamos ir inventando. Por eso hemos creado el gabinete de crisis para intentar generar ideas.

Todo lo que podamos hacer desde la abogacía lo vamos a hacer.

Ustedes en Barcelona ya pusieron en marcha una iniciativa de características similares, ¿verdad? 

Sí, en Barcelona tenemos un servicio, el SAIER. El SAIER , que es una idea del Ayuntamiento de Barcelona, se creó en 1989 cuando vinieron inmigrantes de Sudamérica.

El Ayuntamiento lidera el proyecto, además de financiarlo. Eso sí, en colaboración con una serie de ONGs e instituciones, donde cada uno trata unos temas concretos.

Por ejemplo, el tema de la vivienda, el tema del trabajo, el tema de la educación, el tema del procedimiento administrativo, el tema del procedimiento contencioso administrativo…

Cuando viene una persona que pide asilo,  rápidamente todos ponen en marcha la maquinaria pero todos complementándose sin que nadie pare a nadie.

Creo que esto es lo que se debería de hacer en todas partes. Los Ayuntamientos, las Comunidades Autónomas, el Estado, los Estados europeos e incluso la misma Europa deberían contar con un sistema de coordinación similar y poder ofrecer un servicio como éste.

Al fin y al cabo, es un servicio sobre una institución que está reconocida como es el derecho al asilo.

«NO ES CUESTIÓN DE BUSCAR MEDALLAS, NI TRIUNFOS, LO QUE HAY QUE CONSEGUIR ES SOLUCIONAR EL PROBLEMA» 

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Esta iniciativa de crear el gabinete de crisis, del registro…, ¿qué acogida ha tenido por parte Gobierno español?

Nuestro presidente, Carlos Carnicer, desde el primer momento que salió esta crisis humanitaria dijo que teníamos que hacer algo. Y para ello, se ha puesto en contacto con todos. Con la sede del Gobierno, con ministros, con la Comisión Europea, con ONGs y con organizaciones internacionales.

No hemos tenido ninguna respuesta desfavorable, pero otra cosa es que haya habido pro-actividad.

Eso es otro tema.

Mientras no tengamos negativas de nadie, hay que seguir trabajando. No es cuestión de buscar medallas, ni triunfos. Lo que hay que conseguir es solucionar el problema de esta gente.

Nosotros, con prudencia, seguimos trabajando con todos e intentando buscar las complicidades de todos en la media en que podamos.

En principio, hay que ser positivos, hay que ser pro-activos, hay que mirarlo con esperanza y esperar que esto lleve a buen puerto. Si no llega a buen puerto ya lo diríamos.

La esperanza de la colaboración, de la actividad, creo que al final el Gobierno de España va a reaccionar.

¿Qué le parecieron las palabras que aseguraban que entre esos inmigrantes podía haber yihadistas?

Que no fueron nada afortunadas. Se lo plantea España, que no es un país que vaya a acoger a mucha gente y, en cambio, Alemania no se plantea este tema. ¡Hombre, por Dios!.

Además, los sistemas de control de quién entra y quién no entra ya están estipulados y los marca la ley.

Tampoco hay que hacer más ni menos. Suponemos y confiamos en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que lleven este control como siempre.

A mí me parece más una excusa de mal pagador. Una excusa para justificar la inactividad o a lo mejor un planteamiento de estos decimonónicos, puramente egoístas, que no tienen nada que ver con la sociedad del futuro.

Yo creo que hay políticos que no se dan cuenta de que estamos en un mundo global. L

o que no puede ser que el mundo es global para unas cosas y para otras no. Esto no va así. O tenemos un planteamiento general global o yo creo que no saldremos.

¿Cuál sería su objetivo prioritario?

El prioritario es que toda persona que pida asilo y quiera venir a España, pueda tener solucionado con la máxima agilidad su problema.

De tal manera, que si cumple los requisitos se le pueda dar asilo y si no los cumple, obviamente, no se le puede dar. Tampoco vamos a pedir que se salte la ley. Aunque debemos entender, que independientemente de que esa persona no tenga ese derecho, al encontrase en una grave crisis humanitaria se le tiene que dar una respuesta.

Que no sea por nosotros que pueda existir un caso injusto. Un caso donde una persona tiene ese derecho y no se le haya dado o se le retrase, o realmente tenga que sufrir más tiempo.

Estamos hablando de que hay personas que hace más de dos años que la madre, el padre, la abuela, los hijos, están sufriendo día a día.  No es cuestión de decir, bueno no vienen un día, sí vienen un día. Cuanto antes dejen de sufrir, cuanto antes vean estabilizada su situación, mejor.

Seguramente, esta gente vendrá a Europa. Le tenemos que dar coberturas, que estén tranquilos, que tengan pan, paz interior. Seguramente, cuando en su país vuelva a reinar la paz querrán volver a su país porque es donde tienen sus raíces.

España está entre los países que más emigrantes ha tenido. Todo el mundo ha tenido morriña y todo el mundo ha querido volver.

No entiendo como nosotros podamos ser tan pocos sensibles en el tema de la inmigración en general, cuando somos el país de los que más emigrantes tenemos. Ya no hablo como en las épocas de la dictadura, de gente que se iban a ganar la vida -que también hay ahora-, hablo de chavales jóvenes que aquí no encuentran salida, donde sólo hay sueldos de miseria cuando por el mismo trabajo en otro país cobran con dignidad.

¡Cuanta gente creativa, estudiosos, investigadores… están dejando España porque aquí no les hemos sabido dar ninguna salida!,  y en los demás países que son seguramente más inteligentes, y les están dando cobertura.

Somos un país donde ahora, en pleno siglo XXI, está inmigrando mucha gente. ¿Cómo podemos exigir que nuestros ciudadanos sean tratados con dignidad y nosotros no tratar con dignidad a otros ciudadanos?

«UNO DE LOS DEFECTOS QUE TENEMOS EN LAS SOCIEDADES ACTUALES ES LA FALTA DE EMPATÍA»

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Muchos de los refugiados que vienen de Siria son gente muy formada, gente de clase media. Es decir, estamos hablando de gente como nosotros.

Sí. A ver, esto es así. Me cuesta reconocerlo, esto hace que seamos más sensibles, pero es injusto. Porque a mí me da igual que sean de clase media, clase alta o clase baja. A las personas hay que darles lo que necesiten.

Uno de los defectos que tenemos en las sociedades actuales es la falta de empatía, la facilidad de podernos poner en el lugar de otro. Cuando vemos a personas con las que nos podemos sentir identificadas parece que la empatía tener empatía es más fácil.

En el tema sirio es así.

Están viniendo médicos, están viniendo abogados, están viniendo ingenieros con su familia, sus hijos, gente que se ha arruinado, que huyen de la muerte.

Esto es lo que está creando más empatía.

En Europa una de las imágenes que más sensibilidad ha causado es la del niño en la playa de Turquía. Una sociología me preguntó: ‘¿Sabes por qué ha causado tanto estrago este niño? Porque era blanco’.

Porque niños negros los vemos todos los días y no causa la misma sensación, en cambio, al ver un niño blanco ves como si pudiera ser tu hijo.

Aunque éste planteamiento sea penoso porque un niño es un niño, sea blanco, amarillo o de color violeta, que me da exactamente igual, lo que significa en el fondo es que estamos auto-defendiéndonos.

¿Vivimos en una sociedad muy hipócrita?

Extremadamente hipócrita.

¿Según el Estatuto del Refugiado, la persona tiene que registrarse en el país al que llega? 

Eso es así, pero si al país donde quieren ir los acepta ,como es el caso de Alemania, se puede hacer el tránsito.

El problema es que no les están dejando pasar…

Como siempre, cuando nos encontramos en una situación de difícil solución como es ésta. Mucha gente se pregunta cómo vamos a dar abasto para acoger 20 millones de personas por el efecto llamada.

Esto, y lo digo con respeto, es un planteamiento hipócrita. porque no se tiene en cuenta la esencia del problema.

Si realmente quieren llegar aquí, lo que tienes que hacer es preguntarte cual es la causa.

Si no solucionamos la causa no podemos solucionar la consecuencia.

Lo que no puede ser es que se nos cree un problema grave con la consecuencia y no queramos actuar con la causa.

Si realmente Europa y Estados Unidos entienden que la causa de Siria es una guerra fratricida y quieren de alguna manera poner solución, la solución es bastante clara: Poner de acuerdo a Naciones Unidas, intervenir ese país y pacificarlo. Pero pacificarlo, no complicarle la vida como se le ha hecho en Egipto, en Líbano, en Irak.

Nosotros publicamos el otro día un artículo sobre un coronel del Ejército y decía que tal como está esto, se acaba militarmente con el Estado Islámico en una semana….

En el fondo, lo que yo creo que es demagogia, es plantear problemas insolubles cuando estas escondiendo la solución porque no interesa tratarla.

El problema no es el efecto llamada sino por qué se va a producir el efecto llamada y cuál es la causa del efecto de origen de esto.

Desde Aristóteles ya sabemos que la causa tiene un efecto, pues ¡caray!, ¡vamos a tratar la causa!

«EL PROBLEMA NO ES EL EFECTO LLAMADA SINO POR QUÉ SE VA A PRODUCIR EL EFECTO LLAMADA Y CUÁL ES LA CAUSA DEL EFECTO DE ORIGEN DE ESTO»

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¿Y que cree que se debería hacer?

Hasta que Europa y el mundo capitalista —que para mí es el mejor sistema— no nos demos cuenta de que el centro tienen que ser las personas, esto no se va a arreglar.

¿Esto qué problemas tiene? Tiene problemas económicos, intereses económicos…, porque están los viaductos de gas, el petróleo. Lo que no podemos hacer es lucrarnos de una cosa, crear un problema y después no quererlo solventar.

Los políticos tienen que trabajar por y para las personas, no por las cosas. Lo único que justifica a un político que pueda mandar sobre una ciudadanía es el respeto a las personas y nada más.

Además de ser el coordinador nacional del tema de los refugiados de la Abogacía, es el Decano del Colegio de Abogados de Barcelona y el vicepresidente del Consejo General de la Abogacía. ¿Cómo organiza su tiempo?

Intentando que mi mujer no me cuelgue [se ríe]. Tengo dos hijos, una mujer y, encima, a un perro.

La verdad es que es muy sacrificado porque el trabajo profesional, que es de donde gano el dinero, se resiente un poco. Yo tengo un despacho, Rusca-Defensa Penal, que es de lo que vivo. Pero estoy feliz de contribuir con mi grano de arena. Muy feliz.

¿Desde cuándo es abogado?

Soy abogado desde el año 85. No soy tan viejo [risas]. Desde el año 85 y solo me he dedicado al derecho penal en Barcelona.

Cogimos con ilusión el Decanato del Colegio de Barcelona, que es un monstruo…

¿Cuántos abogados tiene el Colegio de Abogados de Barcelona?

26.000 abogados. Tenemos alrededor de 200 trabajadores. Gestionamos un presupuesto de 18 millones de euros. Ahora estamos ofertando más de 200 servicios profesionales. Además, tenemos más de treinta mil alumnos al año en formación.

¿Desde cuándo es decano?

Llevo dos años. En julio de 2013 empecé. Me quedan dos años más. En julio de 2017 termina mi mandato.

Esto requiere mucho trabajo porque es una maquinaria muy grande, con muchos intereses y con una gran actividad.

Es un colegio bastante pro-activo; da mucho trabajo. Trato de compaginarlo todo. Como decano no hay ningún tipo de retribución, ni nada.

«LA VERDAD ES QUE ES MUY SACRIFICADO [SER DECANO] PORQUE EL TRABAJO PROFESIONAL, QUE ES DE DONDE GANO EL DINERO, SE RESIENTE UN POCO. PERO ESTOY FELIZ DE CONTRIBUIR CON MI GRANO DE ARENA» 

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Lo hace “de gratis”, que decimos por aquí.

Pues sí [risas]. Sin embargo, he de reconocer que es un trabajo apasionante.

Es bonito tener la sensación de poder mejorar las cosas, hacer que sean mejores. El trabajo del Decanato es un trabajo de equipo, no es un trabajo individual. Cuando se consiguen que las cosas vayan mejor, la satisfacción es enorme.

La satisfacción que da decir: ‘he podido contribuir en algo’. Es una satisfacción egotista. Absolutamente egoísta pero que te llena como pocas cosas en la vida. Es la contraprestación que tiene.

También te dan muchas tortas.

Yo pienso que un decano de un colegio pequeño tiene mucha más presencia que el de uno grande, porque en un colegio pequeño el decano va a todas partes. Yo, en Barcelona, soy el número quinientos, y me imagino que la decana de Madrid debe ser la seiscientos.

En cambio, en otro sitio más pequeño eres el tercero o el cuarto.

Puede ser el caos de José Muelas, decano del Colegio de Abogados de Cartagena y uno de los ‘impulsores’ de la ‘Brigada Tuitera’ ¿Lo conoce? 

¡¿Cómo no voy a conocerlo?! Es un fuera de serie y un gran amigo mío.

¿Cuál ha sido el día más feliz del último año? 

Cuando dimitió Alberto Ruiz Gallardón como ministro de Justicia se abrieron algunas botellas de cava [risas]

Ruiz Gallardón tenía un problema de comunicación y de vanidad personal, a mi entender. En cambio, he de reconocer que el ministro actual no. Catalá es un buenísimo interlocutor. Es una personal leal y una persona honesta. Cuando te dice que no, es que no, y cuando te dice que sí, es que sí.

El día más feliz de mi vida profesional, a lo mejor por la inconsciencia que tuve, fue el día que ganamos las elecciones del ICAB [Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona]. No cuando tomé posesión. El día que ganamos. Porque no nos lo esperábamos. Las encuestas eran contrarias. Estábamos todos juntos, porque nosotros somos una candidatura muy unida. Además, estaban nuestras mujeres, nuestros maridos, nuestros hijos. Estábamos todos allí. Y cuando salió el resultado la gente empezó a aplaudir espontáneamente…

Aquello fue una gran emoción. Y pensé, ‘¡‘Hostia’ lo hemos conseguido y ahora ¿qué hacemos?!’. 

¿Cuenta con un buen equipo?

La Junta de Gobierno es una pasada porque estamos muy unidos, a nivel personal. Somos una piña. Y luego, el personal del Colegio de Abogados es muy profesional. Aquello es una máquina. Yo creo que sin decano funcionaria igual [risas].

Otro día feliz sería el de la derogación de las tasas para los ciudadanos…

Ese día, el día que se suspendieron las tasas fue espectacular, porque fue una lucha muy grande. Una gran victoria

Además, cuando organizamos aquella manifestación en el Consejo, teníamos miedo porque no sabíamos qué iba a pasar.

Hacía muchos años que la Abogacía lanzaba un órdago así. Hacer una manifestación así, con todos decanos y todo juntas de gobierno con el presidente delante… Pero cuando vimos toda la gente que venía y el éxito que supuso, aquello me llenó de una gran satisfacción.

Una satisfacción íntima porque estas luchando por algo honesto, algo que beneficia a todos, no solo a la Abogacía.

Luego, cuando el ministro dijo que las quitaría, ese día fue bueno…

«EL DÍA QUE SE SUSPENDIERON LAS TASAS FUE ESPECTACULAR, PORQUE FUE UNA LUCHA MUY GRANDE. UNA GRAN VICTORIA»

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Pero mantuvo la de las pymes

Mantuvo la de las pymes, sí.

A ver, el primer paso es importante, porque cuando hay un primer paso después viene el segundo. A veces no se pueden pedir demasiadas cosas.

Ya en Cataluña habíamos luchado con el conseller cuando el Constitucional dijo que las tasas eran constitucionales. Conseguimos eliminar las tasas de las personas físicas y, luego, que eliminara parcialmente las pymes, porque en Cataluña no se han eliminado las de las pymes.

Todo no se puede conseguir en esta vida. Conseguimos que quedaran exentas de tasas todas aquellas pequeñas y medianas empresas que no generaran más de un millón de euros anuales.

Vamos a ver si podemos dar paso más adelante y que esto vaya aumentado.

Es decir, que van a seguir luchando.

Sí, sí. Yo creo que de la misma manera que hay que ser beligerante hay que ser agradecido. Cuando se han conseguido cosas no se puede lanzar bombas a cañonazos.

Y hemos conseguido una cosa, está muy bien, lo importante son las personas, lo demás, ya entrará dentro de la política normal, del Consejo, de los colegios, pero tampoco es para quemar las estructuras.

Hay que saber diferenciar cuándo hay que poner toda la carne en el asador y cuando conviene mantener conversaciones aparte. Sé que el presidente Carlos Carnicer sigue con esto de las tasas. Él sigue trabajando y hablando con el ministro.

«HAY QUE SABER DIFERENCIAS CUANDO HAY QUE PONER TODA LA CARNE EN EL ASADOR Y CUÁNDO CONVIENE MANTENER CONVERSACIONES APARTE»

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