MANUEL DESANTES: «Hay que DEJAR DE FINANCIAR con recursos públicos INVESTIGACIONES QUE NO LLEGAN A LA SOCIEDAD»

MANUEL DESANTES: «Hay que DEJAR DE FINANCIAR con recursos públicos INVESTIGACIONES QUE NO LLEGAN A LA SOCIEDAD»

|
24/5/2015 00:00
|
Actualizado: 24/5/2015 00:00
|

Desantes lo tiene muy claro: sólo el 3 por ciento de las patentes que se generan en España ven la luz. Hay que replantearse todo y hacer un plan para la innovación de 15 o 20 años, consensuado políticamente por todos, para que España se suba al tren del siglo XXI. Porque no hay otra.

TEXTO E IMAGEN: CARLOS BERBELL Y YOLANDA RODRÍGUEZ

Es uno de los grandes expertos en el campo de la propiedad intelectual y las patentes y se muestra muy crítico con el actual estado de cosas que vive España. Afirma que la cosa no se sostiene tal como está, que sólo el 3 por ciento de las patentes generadas en España se materializan, que, por eso, hay que replantearse el funcionamiento del sistema de arriba a abajo porque esto no funciona nada bien. 

Por ello, mantiene, hay que consensuar un plan, a nivel político, para 15 o 20 años. Con el fin de poner a España en el siglo XXI. Un plan de innovación. Ya no podemos copiar, como hacían Japón y Corea en los años sesenta. Tenemos que innovar. Y hay materia prima en España, pero tenemos que hacerlo bien. 

Manuel Desantes Real nació en Valencia (España) en 1959. Actualmente es catedrático de Derecho Internacional Privado en la Universidad de Alicante y Of Counsel de Elzaburu.

Fue vicepresidente de Asuntos Jurídicos e Internacionales de la Oficina Europea de Patentes (Munich), desde 2001 a 2008. También ocupó el puesto de experto nacional destinado en el Servicio Jurídico de la Comisión Europea, responsable de asuntos relacionados con la Propiedad Intelectual y el Comercio Electrónico (1998- 2000).

Antiguo vice-rector y rector en funciones de la Universidad de Alicante, fundó y dirigió el Magister Lvcentinvs (Master sobre Propiedad Intelectual e Industrial y Sociedad de la Información) de la Universidad de Alicante. Es miembro de la Fundación Eisenhower desde 1998 y autor de siete libros y más de cincuenta artículos sobre derecho internacional privado, la ley de Propiedad Intelectual y Derecho de las Tecnologías de la Información.

¿Por qué es tan importante innovar antes que investigar?

Este país ha vivido en un paradigma según el cual, primero era la investigación y luego era la innovación. El resultado, en la mayor parte de los países desarrollados, demuestra que es justo lo contrario: primero es innovar, es decir, ver dónde están las necesidades y después llevar esta necesidades al mundo de la investigación.

Es hora de cambiar el paradigma. Es hora de que en este país la investigación aplicada se haga a partir de políticas de innovación muy definidas. Esto es un cambio estructural fundamental a la hora de diseñar nuestras políticas de investigación y nuestras políticas de innovación.

Hay que dejar de financiar con recursos públicos investigaciones que no llegan a la sociedad. Eso significa que no llegan, por lo tanto, al mundo de la innovación. Solamente así, seremos capaces de que nuestro país llegue al siglo XXI y viva en el siglo XXI.

¿España es un país innovador?

No. La innovación puede ser de tres tipos científico-tecnológica, emocional o cultural. España es un país innovador emocionalmente, y somos buenos como creadores culturales. En cambio, no somos buenos en la innovación tecnológica y científica. Esto puede ser así porque no tenemos cultura de investigación privada.

En Estados Unidos, la investigación pública no se puede permitir el lujo de no estar orientada. Si aquí hubiera investigación privada, la investigación pública tendría que ponerse las pilas y responder a las demandas de la sociedad.

[[{«type»:»media»,»view_mode»:»media_large»,»fid»:»30638″,»attributes»:{«alt»:»»,»class»:»media-image»,»height»:»320″,»typeof»:»foaf:Image»,»width»:»480″}}]]

«EN EL MOMENTO EN QUE EMPIEZA A HABER INVESTIGACIÓN APLICADA HAY QUE DISEÑAR UNA METODOLOGÍA»

¿Qué tipo de investigación se da en España?

Este país tiene una metodología basada en la investigación básica, que tiene como principio la libertad del investigador. Los americanos tienen muy claro que es súper rentable, en la medida, en que esa  investigación básica esté financiada por los «royalties» que se consiguen de la financiación aplicada.

En este país como no había financiación aplicada, o había pocas, lo que se hacía es investigación básica. En el momento en que empieza a haber investigación aplicada hay que diseñar una metodología. Y esa metodología debería ser la que emplean las empresas privadas: identificar dónde están las necesidades tecnológicas e intentar resolver esa necesidades. Pero no se hizo así. 

Se empezó a invertir gran cantidad de recursos públicos en las universidades, con la misma metodología que se había utilizado en la investigación básica. El resultado es que tenemos investigadores excelentes, muy bien preparados, líneas de investigación excelentes, con resultados de investigación magníficos e invenciones notables.

El problema es que la sociedad no lo quiere, no está preparada o no puede pagar ese precio. Eso hace que toda la inversión se te hunda.

Así es como funcionamos en este país porque lo hacemos con recursos públicos. El resultado es que se investiga mucho y bien en la universidad española, pero el resultado es pobre y malo porque no tiene repercusión en la sociedad.

¿España necesita un plan de innovación?

España necesita urgentemente, con carácter prioritario, un plan de innovación. Pero este plan de innovación tiene que ser adoptado entre todos, como una política de Estado para los próximos 15 o 20 años. Eso implica, al mismo tiempo, no solamente innovación sino también investigación y educación. Esa es y debe ser la prioridad, y a partir de ahí es donde deben desarrollarse todo el resto de políticas.

En una conferencia reciente afirmaba que la patente no es un derecho, ¿puede explicar porqué?

A las patentes nos hemos acercado siempre desde la investigación, es decir, desde la creación. Por lo tanto, los puristas consideramos las patentes como un derecho del inventor. Eso significa que el derecho es la regla general y las limitaciones a ese derecho son las excepciones.

Yo propongo dar la vuelta a la tortilla. Aproximarnos a las patentes, a las marcas o a los derechos de autor no desde la creatividad, sino desde la innovación. Aquí lo importante no es el investigador o el inventor, lo importante es la sociedad. Lo importante no es derecho, sino las limitaciones a ese derecho. Lo importante no es el derecho de los inventores, sino que la sociedad otorgue el mínimo de derechos a los inventores para compensarles y que continúen inventando. Para entendernos, el inventor es como una vaca lechera. A mí, como sociedad, no me interesa la vaca, a mí lo que me interesa es que me de leche.

La patente no es un derecho, es un beneficio que la sociedad otorga a una persona que está aportando un valor añadido a la sociedad.

[[{«type»:»media»,»view_mode»:»media_large»,»fid»:»30639″,»attributes»:{«alt»:»»,»class»:»media-image»,»height»:»320″,»typeof»:»foaf:Image»,»width»:»480″}}]]

«LA PATENTE NO ES UN DERECHO, ES UN BENEFICIO QUE LA SOCIEDAD OTORGA A UNA PERSONA»

Y aseguraba que el 95 por ciento de las patentes no ve la luz, ¿por qué?

Por muchas razones, pero una de ellas es porque nadie ha pensado venderlas antes de comprarlas.

En la mayor parte de los países desarrollados hay dos líneas de financiación de la investigación: la investigación privada y la investigación pública. La investigación privada la desarrollan las empresas y es una investigación siempre orientada. La empresas investigan en aquello que necesitan, el llamado «inhouse». Y si es necesario pagan a alguien de fuera, el «outhouse» para que resuelva los problemas.

La segunda forma de financiación es la pública. En España, prácticamente, solo hay investigación pública.

¿Cuántas invenciones son patentes curriculares?

Son muchas. Las patentes curriculares no tenían sentido cuando las patentes no contaban para el equipo de investigación, ni contaban para los tramos de investigación, ni tenían ningún aliciente. En el momento en que lo tienen, cuando las patentes tienen un aliciente para el curriculum del investigador empieza a multiplicarse el número de solicitudes de patentes.

Pero de patentes que, aunque sean buenas, no conducen a nada, porque no hay un modelo de negocio detrás. Lo que interesaba no era la innovación per se, sino patentar. Era el camino a ninguna parte. 

Para las universidades públicas patentar es muy barato porque la mayor parte de los gastos de la patente están subvencionados. 

Creo que en este país tenemos excelentes investigadores, excelentes inventores y tenemos muy pocos innovadores.

Esta es una de la razones por las que llegan muy pocas patentes al mercado. Otra de las razones es, porque como el mundo de la investigación y el mundo de la innovación no se hablan, los resultados de la investigación no llegan a las empresas.

[[{«type»:»media»,»view_mode»:»media_large»,»fid»:»30652″,»attributes»:{«alt»:»»,»class»:»media-image»,»height»:»292″,»typeof»:»foaf:Image»,»width»:»480″}}]]

«YO QUIERO JUGAR EN LA CHAMPIONS NO EN TERCERA DIVISIÓN»    

¿Qué opina del examen previo obligatorio que pretende la nueva Ley de Patentes?

A título personal me parece que no tienen sentido las patentes débiles. Una patente débil es una patente puramente española que en el momento en que se cuestiona su validez se cae. ¿Qué sentido tiene en un mundo global que un investigador o un empresario español tenga una patente que no tiene visión global? Yo quiero para mi país inventores, investigadores e innovadores que tengan patentes en el mundo.

A mi modo de ver las patentes deberían tener siempre un examen de oficio para poder ser consideradas como serias y no como patentes débiles.

En este momento más del 80 por ciento de las patentes españolas son patentes sin examen.

Y yo quiero jugar en la Champions no en tercera división.

Esto lleva a definir el modelo existente en España.

Las crisis hoy ya no son cíclicas, son sistémicas. Hemos de acostumbrarnos a vivir en crisis permanentes. Hay que ponerse a favor de los vientos aprovechando la crisis.

Japón y Corea, tras la II Guerra Mundial, se encontraron en una situación de pura necesidad donde al no tener recursos tuvieron que inventarlos. Al carecer de recursos físicos comenzaron a utilizar recursos intelectuales. Esto es lo que hay que hacer aquí porque no existe un plan B.

Todos los países que quieran entrar en el barco del siglo XXI tienen que entrar con los intangibles. Tienen que entrar con la innovación y con los recursos intelectuales.

¿Qué habría que hacer?

La prioridad para entrar en el siglo XXI es la innovación. La innovación solo se consigue invirtiendo en investigación. Y la investigación solo se consigue invirtiendo en educación.

¿Quizá tendríamos que hacer lo que hicieron Japón y Corea?

Copiar es bueno. Imitar es bueno. Los seres humanos somos imitadores. Pero son economías que vienen de un estadio muy diferente al nuestro. Hay un momento para copiar, hay un momento para imitar y hay un momento para crear.

Nosotros llegamos tarde. Nosotros ya no nos podemos permitir copiar. Estamos dentro de la Unión Europea y estamos metidos en un carro donde lo que hay que hacer es innovar. Copiar ya no vale. 

Este país tiene gente extraordinariamente bien preparada. Lo que ocurre es que son tantos siglos de cultura de «¡que inventen ellos!»

[[{«type»:»media»,»view_mode»:»media_large»,»fid»:»30640″,»attributes»:{«alt»:»»,»class»:»media-image»,»height»:»320″,»typeof»:»foaf:Image»,»width»:»480″}}]]

«TENEMOS QUE APOSTAR POR UNA EDUCACIÓN BASADA EN CONSEGUIR QUE LOS JÓVENES ENTIENDAN QUE LA CLAVE ESTÁ EN TENER ESPÍRITU EMPRENDEDOR Y NO DE FUNCIONARIO»

¿Miguel de Unamuno y el «¡que inventen ellos!» nos hizo mucho daño?

No. Lo que pasa es nadie leyó a Unamuno y simplemente se quedaron con el titular. Unamuno no dijo “que inventen ellos”. Él, nunca pronunció esa frase. En realidad, aparece en su ensayo, «El pórtico del templo», publicado en julio de 1906 aunque formulada de forma ligeramente distinta. Forma parte de un diálogo entre Sabino y Román, en los que se ha pretendido reconocer la figura de la razón científica y del deseo de la fe religiosa del propio autor, respectivamente.

El mensaje que quiso transmitir Unamuno no es el de «¡que inventen ellos!». El mensaje es que en este pueblo mísero no somos capaces de salir de nuestra miseria. Ese es el mensaje. Uno primero tiene que comer y luego ponerse a filosofar. Si no somos capaces de salir de ahí, toda la vida vamos seguir intentando “ir viviendo», y no es poco, que decía el personaje de Román.

¿No hemos tenido los dirigentes adecuados?

Esto es complejo, los pueblos tienen los dirigentes que se merecen, sobre todo hoy. Los eliges pensando que votas una vez cada cuatro años.

La zozobra del imperio español nos dejó desvalidos, huérfanos, y durante los siglos XVII, XVIII y XIX no fuimos capaces de generar algo nuevo. Fuimos capaces de hacerlo, de generar muchas cosas nuevas en los siglos XV y XVI.

Lo que le falta a este país es masa crítica de la sociedad civil. Las burguesías de los siglos XIX y XX ya no nos sirven. No existe la sociedad civil en sentido burgués. Es el momento adecuado para crear una sociedad civil del siglo XXI.

Mientras la sociedad civil no se levante este país no tiene futuro. El 15M fue un movimiento extraordinario al que le ha faltado establecer las prioridades.

Tenemos que apostar por una educación basada en conseguir los jóvenes entiendan la palabra clave está en tener espíritu emprendedor y no de funcionario.

Cuando uno va al diccionario se sorprende porque emprender no es ser empresario. Es acometer con energía una materia compleja asumiendo riesgos. La mayor parte de nuestros chicos lo que quieren es tener un sueldo y que les contrate alguien.

Cambiando de tema, ¿hasta qué punto el nuevo tribunal europeo de patentes lastra cualquier tipo de iniciativas?

Este Tribunal Unificado de Patentes era absolutamente necesario. Patentar es difícil y caro. En definitiva, la patente es un contrato social en la que el inventor aporta algo a la sociedad y la sociedad le recompensa para que pueda seguir inventando y recuperar la inversión.

El inventor tiene que poder defender lo que la sociedad le da. Y en este momento, en Europa es muy difícil defender un título de propiedad industrial. Ir a los tribunales es completamente ineficiente. Tienes que ir Estado por Estado. Por eso era necesario conseguir un tribunal europeo. Es la primera vez que esto ocurre en el ámbito de derecho privado.

Cuando usted fue vicepresidente de la Oficina de Patentes apostó por él y, sin embargo, España, hoy por hoy, no forma parte.

España no está porque ha vinculado la suerte del Tribunal a la suerte de la patente europea con efecto unitario por la cuestión lingüística. Se dejó fuera al español y se aceptaron solo el francés, el inglés y el alemán. 

Desgraciadamente, España se va a quedar sola. Cuando pasen todas las elecciones habría que reflexionar sobre si no interesa entrar o no en el Tribunal Unificado de Patentes. Pienso que España no debería estar fuera.

Pero entiendo que nuestro país tiene un tesoro, como es el idioma, y este es un tema político muy delicado.

¿Qué ventajas tiene el Tribunal Unificado de Patentes?

Implica que con una sola acción judicial vamos a poder defender nuestra patente europea en todo el territorio de la Unión Europea. Este tribunal no actúa en el momento del registro, tampoco se ocupa de las patentes nacionales. El Tribunal Unificado de Patentes se ocupa de las patentes europeas. Y estas son, por definición, patentes que han sido otorgadas por la Oficina Europea de Patentes. Estas pueden ser clásicas, las normales, validadas en diferentes estados o pueden ser una patente europea con efecto unitario, que tiene el mismo efecto para todos los estados.

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, la OMPI, como su nombre indica es una organización no es una oficina registral.

Una patente española, que está otorgada por la Oficina Española de Patentes y Marcas, seguirá siendo competencia exclusiva de los tribunales nacionales.

Por  lo tanto, las tres instituciones pueden seguir funcionando conjuntamente.

¿Dónde tiene su sede el Tribunal Unificado de Patentes?

Tiene varias. Tienen una división central y varias locales. La división central se ocupa de las acciones de nulidad de patente y tiene tres secciones, una en París, donde está la sede del Tribunal, otra en Londres y otra en Munich.

Además existen sedes locales para todas acciones relativas a las infracciones de patentes.

También hay un tribunal de apelación que está en Luxemburgo.

[[{«type»:»media»,»view_mode»:»media_large»,»fid»:»30641″,»attributes»:{«alt»:»»,»class»:»media-image»,»height»:»320″,»typeof»:»foaf:Image»,»width»:»480″}}]]

«EL TRIBUNAL UNIFICADO DE PATENTES ERA ABSOLUTAMENTE NECESARIO»  

El magistrado de lo mercantil, Ángel Galgo, decía no hace mucho que quien determina la legalidad de una patente son los alemanes. ¿Es cierto?

No exactamente. Si hablamos de las patentes europeas con efecto unitario, las consecuencias y los derechos de esas patentes se rigen por la ley del estado del domicilio del solicitante de la patente, siempre que sea miembro del Tribunal Unificado de Patentes. Si el domicilio del propietario de la patente no está dentro de los firmantes del acuerdo del Tribunal Unificado de Patentes se regirá por la ley de la sede de la Oficina de Patentes Europea, que es Alemania.

Era correcto lo que decía el magistrado Galgo, aunque con matices.

El Tribunal Europeo se planteaba recientemente en dos sentencias, del 5 de mayo, si una patente podía regirse por un derecho distinto al de ese estado o a la institución que la había otorgado. Lo que se ha querido es excluir al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Como enamorado de la construcción la Unión Europea, ¿cómo la ve? ¿hacia donde va?

Ahora en la Unión Europea se está produciendo un fenómeno, que es cíclico, de vuelta a la intergubernamentabilidad y el ocaso de la institucionalidad.

Estamos en un movimiento histórico donde vuelven los estados. Nos faltan líderes con visión europea. Nos falta un Jacques Delors. Nos faltan primeros ministros que pongan la visión europea por delante de la visión nacional. Pero es lo que hay. 

Noticias Relacionadas: