Cristina Llop: «Antes ibas a las páginas amarillas para buscar a un abogado, ahora buscas en Google»

Cristina Llop: «Antes ibas a las páginas amarillas para buscar a un abogado, ahora buscas en Google»

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02/3/2015 00:00
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Actualizado: 02/3/2015 00:00
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Cristina Llop Velasco (Zaragoza, 1979) preside desde el 13 de diciembre la Confederación Española de Abogados Jóvenes (CEAJ), puesto que ocupará durante los próximos dos años. Representa a 50.000 jóvenes abogados españoles que ven en Internet un lugar de oportunidades: «Quién no está en las redes, no existe». Y sobre las tasas dice: «la lucha continúa».

TEXTO E IMAGEN: YOLANDA RODRÍGUEZ Y CARLOS BERBELL

Cristina Llop lleva el oficio en las venas. Su padre era abogado.  Ella se siente muy orgullosa de su profesión. Su balance en estos diez años de ejercicio libre de la abogacía es muy positivo. Es socia de LL&V Abogados. Desde el pasado mes de diciembre es, además, presidenta de la Confederación Española de Abogados Jóvenes.

Llop lidera un equipo que reivindica la defensa de la profesión y de los derechos de los ciudadanos.

Su candidatura llevaba por lema «Un proyecto, un equipo». Un proyecto y un equipo que trabaja y se comunica en red, como mandan los tiempos. Internet, Whatsapp, correo electrónico. El mundo digital que nos rodea. 

Llop se confiesa una apasionada del mundo del derecho porque abarca todas las facetas de la vida.

¿Qué es la CEAJ y cuáles son sus principales funciones?

La CEAJ es la Confederación Española de Abogados Jóvenes. Nosotros representamos los intereses de los abogados en ejercicio de menos de 40 años. Intentamos ser la voz de esta colectivo que agrupa a 50.000 abogados. Nosotros no dejamos de ser parte del Consejo General de la Abogacía. Suplimos aquellas funciones que el Consejo no desarrolla. Lo complementamos.

Somos más reivindicativos, eso sí. Pero eso es algo que se espera de nosotros.

Y también trabajamos de manera muy activa en todas las comisiones, preparando proyectos y enmiendas.

«LOS JÓVENES TENEMOS UNA FUERZA DE 50.000 PERSONAS QUE NOS PERMITEN CREAR SINERGIAS Y ACUERDOS CON OTRAS ASOCIACIONES»

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¿Por qué se presentó a la presidencia de la CEAJ?

Creo que CEAJ había hecho un gran trabajo en los últimos años. Yo estuve en la anterior ejecutiva, como vocal.

Nos centramos mucho en temas reivindicativos, como tasas, ley de asistencia gratuita, turno de oficio… Quizás porque la época lo requería.

Tras esto, un grupo de nueve personas, los que componen la Ejecutiva actual, queríamos que CEAJ diera una vuelta de tuerca.

Queríamos dar respuesta a lo que realmente es importante. Pensamos que los despachos de abogados jóvenes necesitan trabajar.

Igual que todos los despachos.

Pero los jóvenes tenemos una fuerza de 50.000 personas que nos permiten crear sinergias y acuerdos con otras asociaciones. 

En eso se centraba gran parte de nuestro programa. En sentarnos con unos y con otros e intentar crear oportunidades para los abogados jóvenes y para los nuevos despachos.

¿Podría definir en una palabra cuál es el principal reto para los abogados jóvenes?

Sobrevivir.

Un abogado joven siempre aspira a tener su propio despacho. A  poder vivir de la abogacía. Son los mismos retos que tienen todos los despachos que están viéndose afectados por la crisis.

El Consejo General de la Abogacía está apoyando una campaña de “evangelización de internet para los abogados”, para que aprendan a utilizar estas herramientas para captar clientes. ¿Cree usted que las redes sociales son una fuente para encontrar clientes?

Sí, sin duda alguna. Nosotros a través de nuestra vocal, Rosa Manrubia, tenemos mucha presencia en redes.

Al final, quien no está en las redes no existe.

Antes ibas a las páginas amarillas para buscar a un abogado, ahora buscas en Google.  

Nosotros queremos darle una imagen renovada a CEAJ, donde las tecnologías tengan un papel destacado.

«TENGO QUE RECONOCER QUE HOY UN DESPACHO QUE NO TENGA WEB ES RIDÍCULO»

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¿Es consciente de que cuando alguien va a contratar a un abogado primero busca en Google?

Cada vez más. Hay despachos que buscan la cuña de mercado y, a partir de ahí, se posicionan en redes. Lo gestionan como un negocio.

Yo no sabría hacerlo así. En mi casa, con mi padre como abogado, yo he aprendido otra cosa. Mi tradición es distinta.

Pienso que tiene que haber un término medio entre lo que es el despacho tradicional, donde funciona el boca a boca, y esta gestión del despacho como una empresa. 

Sin embargo, tengo que reconocer que hoy un despacho que no tenga web es ridículo.

Lo mínimo que debes tener es una página web y si, además participas en redes sociales, mucho mejor.

¿En CEAJ se funciona con Whatsapp?

Por supuesto. Tenemos un chat de presidentes porque es lo más rápido y operativo.

Somos 51 AJAS (Agrupaciones de Jóvenes Abogados) y 6 Federaciones. Evidentemente las comunicaciones se hacen por Secretaría,  por correo electrónico.

Pero para cosas puntuales y para mantener un contacto permanente lo hacemos todo por Whatsapp.

Lo que no hacemos es tomar decisiones a través de Whatsapp. Ni mandamos información confidencial.

Además, nuestra Ejecutiva se reúne a través de videoconferencia cada 15 días.

No podemos asumir los gastos de trasladarnos todos a Madrid.

Uno de los temas en los que se han mostrados más combativos es en el de las tasas

Sí, de hecho fuimos los primeros que movimos las manifestaciones contra las tasas.

«LOS ABOGADOS SUBVENCIONAMOS AL ESTADO»

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Decía Carlos Carnicer, el presidente del Consejo General de la Abogacía, que las tasas habían afectado a un 40 por ciento de la facturación de los abogados españoles.  

Sí, no sabría establecer el porcentaje exacto, pero sí.

A nivel personal les puedo decir que en estos dos años de tasas mi bufete ha puesto dos o tres apelaciones. Antes podría poner veinte o treinta apelaciones en un periodo similar.

Y es que una apelación ha venido costando, con las tasas, 800 euros. Y casaciones solo he visto una en dos años.  

Los abogados subvencionamos al Estado, porque cuando te viene un cliente comienzas a hacer cuentas y al final, los abogados rebajamos nuestros ingresos para que el proceso no le salga tan gravoso al cliente.

Cobras a plazos, reduces minutas, y es que las tasas han hecho mucho daño. Cuando nosotros dijimos que Gallardón se cargaba el sistema judicial es que se lo ha cargado. Al no poder recurrir por cuestiones económicas las garantías han desaparecido.

¿Forma parte usted de la «Brigada Twittera»?

¿Y quién no forma parte de la «Brigada Twittera»?. Yo llevo mi «T» en mi foto de mi cuenta de Twitter. A mucha honra. Creo que hacen un trabajo encomiable.

¿Qué opinión le merece la supresión de las tasas para las personas físicas, anunciada el pasado 27 de febrero por el ministro de Justicia, Rafael Catalá?

Es una buena noticia. Es importante. Pero la medida se ha quedado corta. Tenía que haber suprimido también las tasas a las pymes, como demandábamos. 

Por otra parte, también quedan en el aire muchos flecos. Como por ejemplo, ¿qué ocurre con los procedimientos ya iniciados? El tema de la condena en costas. Si se condena a la persona física, no sabemos si se aplicará el pago de esas tasas que ha abonado la persona jurídica.  

Cuando al Ministerio de Justicia se le planteó el por qué no se habían suprimido las tasas a las pymes, se contestó que había una tarifa plana de 2.000 € que hacía que las demandas por debajo de esa cantidad no tuvieran tasas. ¿Cuál es su opinión?

Es cierto que eso ya existía, tanto para las personas físicas como para las jurídicas. La justificación, desde mi punto de vista, es ridícula. Es una tomadura de pelo. 

¿Cree que la futura Ley de Justicia Gratuita verá la luz?

Pienso que saldrá tarde o temprano. No creo que esto se discuta en esta legislatura porque no les va a beneficiar. Y además, no les va a dar tiempo.

¿Y la Ley de Colegios Profesionales?

Esa también está en el cajón. Y esperemos que siga en el cajón. Es cierto que los Colegios no consiguen llegar al colegiado, transmitirle todo lo que hace. Pero como abogada tengo que reconocer que a mí me respalda tener un Colegio.

Me da seguridad. Y al ciudadano también se la da.

Es una garantía. Puede acudir a él para quejarse de cualquier profesional. Que desaparezcan me parece una barbaridad, es como si desapareciesen los Colegios de Médicos.

Desde CEAJ también han escrito un manifiesto muy crítico con la reforma del Código Penal

Dentro de CEAJ tenemos comisiones de trabajo y hay una Comisión de Estudios, Informes y Proyectos que es la que se ha encargado de preparar este manifiesto y de estudiar la reforma del Código Penal.

Particularmente, puedo tener otras opiniones diferentes, pero al final es lo que la mayoría de los abogados piensa de esta modificación del Código Penal.

Esta reforma tiene una cierta razón de ser porque ha habido una alarma social que exigía una modificación legislativa, pero también hay que atender a la legalidad.  

¿Con legalidad se refiere a la prisión permanente revisable?

Entiendo que está aplicada a delitos especialmente graves, que responde a una cierta alarma social. Eso no quiere decir que no deba encajar dentro de nuestro ordenamiento jurídico, que para eso está.

Nuestro ordenamiento jurídico nos protege de la anarquía.

¿Y piensa que no encaja?

Creo que puede atacar a ciertos principios de dignidad del reo y a principios fundamentales. H

abría que estudiarlo en profundidad. Al final, la supuesta prisión permanente se aplica a casos muy tasados de una especial gravedad.

«SE UTILIZA EL CÓDIGO PENAL PARA HACER ELECTORALISMO»

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¿Entiende que se utilice el Código Penal para hacer electoralismo?

No es que lo entienda, es que se hace. Desgraciadamente, se hace. Yo no sé si en este caso responde tanto al electoralismo, desde hace tiempo se venía reivindicando el endurecimiento de las penas.

¿Echa de menos a Alberto Ruiz Gallardón?

No, nada. Al menos el actual ministro, Rafael Catalá dialoga. Se reúne con nosotros, viene al Consejo, intenta explicar las cosas.

Y con el actual ministro, ¿cómo es la relación?.

Mejor. Al menos tenemos un interlocutor válido que nos escucha y que parece entender la problemática de los abogados.

Nosotros esperamos la derogación de la Ley de Tasas, porque es lo que tiene que ser. No puedes gravar a las personas físicas. Eso se ha corregido. Pero tampoco puedes gravar a las Pymes.

Actualmente, las Pymes están totalmente asfixiadas. Vamos a seguir luchando por eso.

¿Cuáles son los retos de su Presidencia y de su Ejecutiva en los próximos dos años de mandato?

Estar presentes en todo.

La CEAJ ha estado siempre bajo el ala del Consejo y como institución éramos poco conocidos. Queremos llegar a ámbitos jurídicos y también a la ciudadanía.

También queremos lograr sinergias con asociaciones. Con empresarios, con autónomos que nos faciliten el acceso al trabajo. Que los abogados jóvenes puedan tener ciertas posibilidades laborales que ahora mismo no tienen.

Estamos hablando con la Federación Interamericana de Abogados Jóvenes, porque habrá gente que se plantee cruzar el charco e intentarlo fuera.

Y también queremos plantearnos encuentros con Europa. Queremos que los abobados jóvenes tengan oportunidades dentro y fuera de nuestro país

¿Cuál es la vinculación de CEAJ con el Consejo General de la Abogacía?

Nosotros dependemos económicamente del Consejo. Formamos parte de todas las comisiones, con voz pero sin voto. Cada miembro de mi Ejecutiva, y yo misma, formamos parte de alguna comisión.

Yo creo en los Colegios Profesionales y creo en el Consejo. Nosotros ponemos un punto más. Una visión más joven.

¿Por qué quiso ser abogada?

Mi padre era abogado. Yo soy hija única y me daba un poco de miedo esto de ser abogada. Yo crecí con mi padre en el despacho de al lado trabajando muchísimas horas.

Le veía poco y eso que vivía con él.  Ahora ya no vivo con él pero todavía me da consejos.

Pienso que el abogado hace una función social muy importante, con independencia de que sea negocio.

Sin embargo, muchas veces nuestra labor excede de lo que propiamente profesional.

Tenemos que hacer funciones de psicólogo. Y esa labor social me gustaba. Y el derecho me encanta porque abarca todas las facetas de tu vida.

¿No pensó hacer una oposición como otros jóvenes?

Yo estudié para controlador aéreo y pasé el examen teórico dos veces. Me tumbaron en los psicotécnicos (se ríe). Esto lo hice mientras hacía prácticas en varios despacho.

Al final entré un despacho a hacer la pasantía, que me gustó, y no probé más.

Me reconcilié totalmente con el Derecho y volví al redil.

¿Recuerda la primera vez que se puso la toga y subió al estrado?

Claro que lo recuerdo. Era un tema laboral, bueno de competencia. Un trabajador que se había ido de una empresa y se había llevado unos clientes. Era una cosa complicada. Pasé unos nervios terribles y acabé el juicio con una jaqueca insoportable. Me fui directamente a la cama.

¿Ganó?

No. Perdí, el cliente no hizo caso a  mis recomendaciones sobre las preguntas.

Contestó lo contrario.

«LA ABOGACÍA ES UNA CARRERA DE FONDO»

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¿Qué asunto de los que ha llevado le ha resultado más satisfactorio?

Fue un tema de un militar casado y con tres niños, con un sueldo pequeño. Habían comprado un casa sobre plano y cuando la fueron a recibir tenía unos defectos de construcción impresionantes.

Salían heces por todos los sumideros. El ascensor no tenía ni puertas.

Este pleito me llegó cuando ya lo había defendido un compañero y había pedido la resolución del contrato y la devolución de las cantidades.

La empresa estaba desaparecida y esta pareja se había quedado sin piso y dinero. Además, el otro abogado no había pedido la cancelación de la hipoteca. Es decir, les estaban ejecutando la hipoteca de esa casa que no era suya.

Tras mucho negociar con el banco no conseguimos llegar a un acuerdo. Así que opté por denunciarlo. Ganamos en primera y en segunda instancia.

Fue la primera sentencia planteando que había un derecho accesorio. Conseguimos anular subrogación de la hipoteca.

Este caso salió en los periódicos.

¡Me llamó hasta Ana Rosa!. (Risas) La situación de esta familia era horrorosa y ganar fue muy satisfactorio.

¿En estos diez años de ejercicio como abogada, cuál es su balance personal? 

Positivo. Después de diez años decir que tienes un despacho que funciona y que puedes vivir de él. Tal y como están las cosas, está muy bien. Hay que tener en cuenta que la abogacía es una carrera de fondo.

No me puedo quejar.

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